De 'Telecirco' al más allá

     El próximo 21 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Televisión desde que en 1996 se fijó por la Asamblea General de la ONU en conmemoración de la fecha en la que tuvo lugar el primer Foro Mundial de Televisión en las Naciones Unidas. ¿Y para qué sirve un día mundial? Digo yo que será para reflexionar acerca del tema elegido ¿no?

     En este medio quien diga que no hay nada miente. Actualmente tenemos una variedad que hasta que llegó la TDT ni nos imaginábamos, además, si se busca, hay calidad. Quien quiere películas las puede ver, quien quiere dibujos animados también, quien quiere música tiene varios canales entre los que elegir, quien quiere información puede sintonizar las noticias las 24 horas e incluso quien quiere saber qué pasa a su alrededor tiene La Comarca Te Ve. Eso sí, como sabréis los que me seguís desde hace tiempo, tengo una especial manía a Telecinco, es uno de esos canales en los que sólo trabajaría por dinero. Excepto alguna serie y contados programas de productoras externas lo demás me atrevo a calificarlo como basura. Eso sí, este año ‘Gran Hermano’ ha vuelto con fuerza.
    
     ¿Se acuerdan del primer ‘Gran Hermano’? Aquel sí que fue un ‘boom’. Decían que era un experimento sociológico convertido en un reality show, vamos, que encerrarse junto a 10 personas que no conoces de nada, tener la comida racionada por un presupuesto cerrado, matarse a hacer ejercicios en el jardín, cantar, bailar, jugar a la Wii hasta las tantas de la madrugada, hablar con Mercedes Milá una vez a la semana y taparte con el edredón mientras tus padres presencian cómo te follas a la compañera de juego para intentar ganar seguidores es, según Telecinco, lo que hacemos todos, la ‘telerrealidad’. Y muchos dicen que lo ven porque no echan otra cosa. Yo he de confesar que de vez en cuando lo veo, pero sólo para comprobar que en esta edición han hecho caso a eso de ‘reinventarse o morir’; la otra noche vi que la nueva ‘Fresita’ se adentraba en un bosque donde le hablaba un olivo y al rato le entregaba a otra unos calzoncillos de un chico entusiasmada porque olían a él.

     Los problemas vienen cuando se empiezan a hacer versiones. Seguro que entre los lectores habrá muchos pajilleros y pajilleras que veían ‘El gran polvo’, un concurso en el que siempre salían chavales con antifaces y pelucas de colores en primer plano y un muchacho al fondo con el brazo escayolado. No era para tanto, desde pequeños nos decían que no nos tocáramos y por eso ni nos vamos a lesionar ni nos vamos a quedar ciegos, lo que más te puede pasar es que tengas un poquito de astigmatismo, como yo.

     Y ahora ‘Telecirco’ ha ido más allá con un programa que se titula ‘Más allá de la vida’ para competir contra ‘Hispania’ de Antena 3, una de las mejores series españolas. En él una médium -que tiene más dotes de psicóloga- simula hablar con los espíritus de la gente que tiene enfrente y pone a prueba sus trucos soltándoles cosas positivas, lo que quieren oír, ante telespectadores que ya de por sí creen en sus fantasmadas e interpretan lo que escuchan aunque no concrete y diga sólo ambigüedades. ¡Vergüenza les tendría que dar! Gracias a estas cosas la gente se toma a broma los temas paranormales… A todo esto, creo que me voy a comprar el televisor de Bob Esponja, ¡mola!

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