Año 2009. “En esta hermosa noche me alegra tanto verte, a ti, a ti y al otro; unimos nuestra suerte. Cantando todos juntos somos más fuertes”. Siempre recordaré este comienzo de canción como uno de los más contundentes que he vivido en un concierto. Es una frase yo diría casi célebre que resume cualquier tesis sobre la alianza, sobre la necesidad de relacionarse de la raza humana, sobre eso de que la unión hace la fuerza… Infinidad de interpretaciones que pueden ligarse a la familia, a los partidos políticos o al sentimiento patriótico que hoy, 12 de octubre, Día de la Hispanidad, se palpa en el ambiente.
Hace casi un año viví en la Plaza del Pilar de Zaragoza, casi por casualidad, uno de los conciertos que recordaré durante mucho tiempo. Simplemente pasaba por allí y decidí pararme. Sabía quién cantaba, pero parecía ser el único de cientos de personas de todas las edades congregadas allí que no se sabía la letra. Todos cantaban demostrando ese sentimiento unitario, las voces se fusionaban al unísono como en un concierto de David Bisbal pero sin chillar. Se trataba de Carbonell, La Bullonera y Labordeta.
En ese momento pensé en dedicar una columna a esos tres genios, pero preferí prometerme que escucharía toda su discografía antes de opinar sobre ellos. Comencé, sí, pero a día de hoy todavía no he cumplido mi objetivo. Cuando vi a José Antonio Labordeta sobre el escenario jamás pensé que iba a ser el último concierto. He de confesar que me quedé hasta el final escuchando sus letras de poeta, lo vi algo así como una mezcla de Joaquín Sabina y Comando Cucaracha pero a lo 100% aragonés. Fue entonces cuando tomé nota de algunos versos en la cuenta del Galerías Primero que llevaba en el bolsillo.
No voy a destacar las cualidades positivas del polifacético cantautor porque otros ya lo han hecho. Personalmente sólo lo conocí a través de un par de entrevistas de radio que ni siquiera hice yo porque estuve controlando el sonido y durante los 15 minutos de trayecto del bus urbano de Zaragoza entre la Plaza San Francisco y el centro comercial Grancasa. Fueron tres ocasiones en las que pude comprobar esa simpatía que transmitía, ese don que te empuja a querer hablar con esa persona porque quieres compartir impresiones sobre cualquier tema. Simplemente le dije “hola” y “hasta luego” pensando que algún día lo volvería a encontrar por El Tubo tomando una caña sobre una mesita llena de pinchos de tortilla y tapas variadas.
Este verano retomé la labor de conocer todas sus composiciones en dos momentos. Primeramente, cuando pasé por Torre del Compte, un señor cercano a la vida de Labordeta me contó que su hija Paula había sido cámara de televisión en Antena 3 y me emplazó para seguir la conversación sobre la relación de los medios de comunicación con el presentador de ‘Un país en la mochila’ la próxima vez que se cruzaran nuestros caminos. Luego, en las fiestas de La Fresneda, me vino a la memoria el final de la orquesta Indiana cuando al filo del año 2000 terminaba su espectáculo con el tema “Me dicen que no quieres” y todo el mundo se agarraba de las manos y levantaba los brazos.
Hoy simplemente quiero invitar con estas líneas a que tú, estimado lector, y yo, volvamos a escuchar las canciones que en los conciertos de José Antonio Labordeta hacían cantar, bailar y sentir a miles de personas. Yo empezaré por ver el pregón de las fiestas del Pilar 2009 en www.elaltavoz.es y seguiré grabándome en el ordenador eso de “aquí, aquí, aquí te quiero ver, mojándonos el culo estamos otra vez”.
Mojándonos el culo
Publicado por
Abdul Grau
